Alguien me ha dicho que nuestras vidas no valen gran cosa.
Que pasan en un instante, como la fragancia de las rosas.
Alguien me ha dicho que el tiempo perdido se va.
Que con nuestras penas alguien se cobija.
 Me han dicho que el destino se burla de nosotros.
Que nos da nada y que nos lo promete todo.
Parece que la felicidad está al alcance de la mano, entonces tendemos la mano y nos volvemos locos.

Son aquellas decisiones, esas difíciles de tomar, que no puedes decidir rápidamente y te dan vueltas por un buen rato en la cabeza, aquellas con las que crees que puedes llegar a enloquecer. Esas que sabes que de alguna u otra forma te van a marcar, de las que depende tu futuro, o por lo menos una parte de el. Aquellas de las que temes arrepentirte, tanto de arriesgarte y dejar que sucedan, como de quedarte con las ganas de saber que es lo que habría pasado. Esas en las que elegir un camino es complicado, y sientes que tu mente y tus sentidos se nublan tanto que ya casi no puedes ver con claridad, que no puedes razonar, que tu cabeza va a explotar. Detente en el tiempo por un segundo, cierra los ojos y despeja tu mente. Las cosas tomaran otro color, veras todo con otra luz, tan solo tienes que armar y crear tu propio camino.